El que ha de morir,
que legue su luz a la eternidad
Eladio de Valdenebro y Cisneros
Desde la Iberia sin moros
un caballero andaluz,
de esos de capa y sombrero;
de esos que saben soñar
-Y al fin soñaron de veras-
De esos de buena ventura,
de otros cielos y de honor;
de esos que nunca se mueren,
porque perduran de amor.
Acá, llegó entre mil sueños,
buscando tierras sin reyes;
buscando reinas de tierra,
que olieran a fruta y flor.
Y supo que aquí la lluvia,
Se convierte de borrasca,
en selva de piel dorada;
selva sin venia y pudor.
A Belisa hizo sus versos.
Ella, sabía de quimeras,
era dulce, era serena…..
¡ella, sabía de sus penas!.
En vez de encinos y olivos,
sobre su tumba se hicieron:
las ruanas, los guayacanes,
los cedros y los motivos.
Y esquejes “de Valdenebro”,
prole sabia y sin permiso,
que riega el cosmos de luz,
que piensa en flauta y carrizo
PAZAL, Diciembre de 2007
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