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sábado, 5 de enero de 2013

SECRETOS DE FAMILIA



Tal vez era el año de 1860 cuando el General Carlos Albán trajinaba con esmero y dedicación, los ataviares de la academia en uno de los más reputados Colegios de Popayán. A Agustina, maestra de tiempo completo, dedicada a las mismas labores de su hermano antes de que lo terminara de picar la política, la ciencia  y la guerra y de que  iniciara sus viajes al viejo continente en su todavía vago e imaginario dirigible, la salpicó la concupiscencia de la carne pero sin  haber recibido la sacratísima e indispensable orden eclesiástica del matrimonio católico. El embarazo empezaba a notarse y en la misma proporción, el escándalo de la familia Albán Madriñán muy pronto recorrería las empedradas calles de la hidalga Popayán en momentos en los que Mosqueras, Arboledas, Arroyos, Arroyos, Obandos, Cárdenas, Torres, Caicedos y Caldas -entre otros-, la habían convertido en el centro político-militar y financiero de los Colombianos.
La decisión fue inmediata
  - Haz mancillado el nombre de nuestra familia  y te conmino en tu preñez a las tierras paganas  de  Usenda en Silvia-.
 -  Parida volverás sin tu primordio y el vástago no podrá gozar de tu cariño-.
 -  Perseguiré a ese rojo del Moisés Delgado con todo mi poder, pues ha pecado y te ha hecho  pecar-.                         
Esta tripartita y devastadora sentencia, la gritó  Albán con voz  aguda y chillona, sentado en los corredores de su casa en el barrio San camilo de Popayán y rebozado en su vestido de paño inglés de escasos 160 centímetros. Eso sí, apenas sin sonrojarse y a pesar de sus más de veinte hijos extramatrimoniales. 
Eran tiempos de honor y fuerza. Y para la época, el General Albán gozaba de poder y dinero, por lo que el  eminente abogado Moisés Delgado de  arraigada familia Payanesa desde los tiempos de Don Gonzalo de Oyon, partió a Neiva para escampar de la implacable persecución sentenciada por el jefe conservador. El pequeño Alonso como se llamó al “hijo del pecado”, de apellidos Albán Delgado,  creció en la villa de Belalcazar  a la sombra de  otra familia pero  tal vez sin conocer o por lo menos sin convivir con su madre biológica. Estudió Derecho y dio lumbre a una distinguida prole con  dama de apellido Paredes. Entre ellos, Julián Delgado Paredes, José María Delgado Paredes, Gerardo Delgado Paredes, son algunos de sus exponentes.
A todas estas un hijo del exilado Moisés Delgado de nombre David,  llegó a Popayán procedente de Neiva y se enamoró de la hija de su medio hermano Alonso, doña Aura Rosa Delgado Paredes. Pidió expensas al Santo Padre  y en matrimonio católico con su sobrina, engendró a Diego Delgado Delgado, que los patojos vimos desde niño transportarse  en un triciclo; recibiendo su cartón de bachiller en el Colegio  Chamapagnat de Popayán  en el mismo triciclo; transitar los pasillos del claustro de santodomingo cuando estudiaba  derecho en la universidad del cauca,  en el ya desproporcionado vehiculo  de tres ruedas y poco después de recibirse de abogado, morir de la enfermedad congenita que lo obligó a transportarse en tan improvisado medio de locomoción. Yo francamente pienso, que lo enterraron también en su triciclo. Es que guardo una mítica simbiosis grafica infantil que nunca se quitara de mi mente, entre ese regordete y su velocípedo. Seguramente igual a como los indígenas veían a los conquistadores españoles en sus caballos. Así lo tengo gravado, desde mis primeros años de colegio, cuando lo asimilé a un modernísimo pero  impedido centauro.
La  historia que relato es animada por Juan Gabriel Fernández Delgado, nieto de David, medico cuarentón  querido, dicharachero, inteligente y muy pariente nuestro, que vive en Barcelona y tiene dos bellos niños, que como su padre se enorgullecen de la palabra Albán. Palabra que a propósito recuerda como sagrada y a la cual toda su familia ha guardado reverencia y admiración desde siempre. Oírlo hablar del tema, es como haberlo conocido hace muchos años. A su cabeza llegan los temas del general, de la casa de la carrera novena, de Agustinita Albán, en fin de lo que puede hablar alguien que se enorgullece y que nos enorgullece de la estirpe.

1 comentario:

  1. Buenas tardes, mi nombre de soltera es Maritza Velásquez Albán. Me gustaría obtener más informaciones de nuestros antepasados comunes. Les agradecería contactarme por Facebook bajo el nombre de casada Maritza Schwarten. Saludos cordiales desde Hamburgo - Alemania.

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LOS CARDEVAL

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Santa marta diciembre 2012