EL IX CONGRESO NACIONAL GASTRONOMICO DE POPAYAN

UNA CITA BIEN CUMPLIDA

Popayán es el responsable de que la primera semana de septiembre no se cuente en fechas, sino en sabores. Este año el IX CONGRESO NACIONAL GASTRONOMICO DE POPAYAN, nuevamente fue el hervidero de paladares, antropólogos, periodistas, empresarios, estudiantes, diplomáticos, gobernantes y ciudadanos de jeans y tenis, que se tomaron la histórica ciudad, para cantar Fado pero a ritmo caribeño.

Portugal, el ibérico y lusitano país invitado de honor al Congreso, se vino con todo. Y la alegre Barranquilla, nuestra puerta de oro, a pesar de estar anegada por el último invierno, hizo un alto en su tragedia y aterrizó  servida en platos con los colores del carnaval, la música, y la sonrisa de sus mulatas, junto al guandú, los tamales, el juguito de corozo, carimañolas, arepae´huevo, mojarras y tentadores dulcecitos de tienda. Su propio Gobernador explicaba de mesa en mesa con cuidado y emoción, cada potaje de su tierra y la influencia cultural del medio oriente en la culinaria del puerto fluvial.

Los Europeos a manteles en el  hotel Monasterio, se fajaron con lo suyo: de entrada una caldereta de mariscos como ellos lo saben hacer y como  fuerte, un bacalao que nos hizo sentir entre las calles de Lisboa y a mi personalmente, en un pequeño restaurant de las playas de Altura casi en la frontera Española. Ahí, hace unos años aprendí a deleitarme de este sabor, tan estigmatizado por los amargos recuerdos infantiles de la emulsión de SCOTT. Todo acompañado de buenos vinos portugueses, que el embajador Andreas Liebmann, se ha comprometido como misión comercial, en difundir y posicionar entre los colombianos, porque no cabe duda que están entre los mejores del mundo y fueron los protagonistas de  catas y degustaciones, en donde los  desprevenidos asistentes se impactaron y  se apuntaron a seguir consumiéndolos.

La inauguración del evento el jueves 2 septiembre  en el soberbio teatro municipal GUILLERMO VALENCIA,  tuvo de todo. Los gobiernos nacional, departamental y municipal, auguraron éxitos y los portugueses arriaron velas de navegantes, para bajarse al congreso, en la andaluza villa de Belalcazar.

La Corporación gastronómica encargada del festín académico, quiso en esta ocasión entregar la placa de reconocimiento a dos empresarios que son un solo corazón. Eduardo Macia y Beatriz Fernández, dos Bogotanos encargados de hacer agachar la cabeza en venias a las grandes multinacionales de comida por haber convertido el sueño de los restaurantes CREPES  & WAFFLES, en la mas grande empresa de alimentos preparados de Colombia. Ella, tan bella como sus sueños, se echó durante 15 minutos al bolsillo a los asistentes del acto de inauguración, porque con suavidad demostró como hacer empresa sin desplazar a los seres humanos y él, más  pragmático, invoco la constancia, la disciplina y la humildad, como los grandes aliados del éxito. Perfecta relación de cóncavo y convexo que suma más de 130 puntos de venta en el mundo entero.

El coctel que baja la bandera para dar inicio a la mesa servida, este año no se realizó en la casa museo Valencia como se había vuelto costumbre, porque el emblemático club Popayán abrió su portalón de la calle cuarta a todos los asistentes del Congreso, ofreciendo con la inspiración de la hacienda Calibo un buen rato de culinaria Payanesa entre maíz, maní, pipián y costillitas de cerdo de la mano de bebidas espirituosas obsequiadas por la licorera Caucana.

El puente del HUMILLADERO y sus alrededores, sirvió de escenario a la academia gastronómica, que este año trasladó abiertamente a la ciudad y las gentes de Popayán,  los mismos eventos del programa oficial del Congreso al tiempo que la  histórica arcada, abrió espacios a pequeños puestos culinarios que ofrecieron TRUCHA en todas sus formas, porque fue el alimento escogido como protagonista.   Y en el resto de la ciudad, exposiciones de arte, flores, presentaciones culturales, fiesta culinaria para niños, bailes, folklore, libros, poesía, en fin, casi una semana de fiesta cultural digerida con cubiertos de mesa.

Los tres días fueron de conferencias, mesas redondas, talleres,  polémica y conclusiones. El domingo un libro lleno de añoranza y sabor, desarrollado y editado por “LA TERTULIA PAYANESA”, con la dirección del Profesor CARLOS HUMBERTO ILLERA y patrocinado por la CORPORACION GASTRONOMICA DE POPAYAN, abrió sus páginas con decenas de recetas  inspiradas en los fogones de la gastrocaucanidad. Y, en la tarde del mismo día la ciudad anfitriona y su altruista organización, ofrecieron un almuerzo de despedida en EL CORTIJO, el salón de eventos que la familia Simmonds Pulido acaba de inaugurar y en la que su comandante,  el cariñoso “Mister”, se entregó por completo. Al fondo, el sol sobre la cordillera occidental empezaba a bajar y las manos y los brazos de más de 600 asistentes, se  cruzaron con el compromiso de regresar  al decimo congreso, que  desde ya se convierte en el reto de sus organizadores, porque América desde cualquiera de sus mares estará presente después de dos años de ausencia y porque desde alguna latitud, Colombia hablará en el mensaje universal de la alquimia real: la gastronomía

¡Hasta el próximo septiembre!

MANUEL IGNACIO CARDENAS VALDENEBRO

Micardenas2@yahoo.com

Miembro de la Corporación Gastronómica de Popayán